LALLAVEESTABAJOSEÑORACRISTINA
Accionistas: Corporación LALLAVEESTAABAJOSEÑORACRISTINA
Poemacción "Una güarandinga"
En el marco del evento "1er Encuentro de Performance PerfoChoroní 2005"
Lugar: Playa Grande, Sector "El Gato Negro", Choroní
Fecha: Viernes-Sábado 30-31 de Diciembre de 2005
Los accionistas de la Corporación LALLAVEESTAABAJOSEÑORACRISTINA abrieron el encuentro con una performance titulada "Una
güarandinga" ejecutada desde tempranas horas del día 30 de diciembre del 2005 en el sector "Gato Negro", casi
al final de Playa Grande. Basada en la práctica de la "Poesía Somatizada", esta performance consistió en la ardua
y peliaguda construcción de una gran figura en arena a orillas del mar, figura que previamente había sido esbozada en dibujos
como un gato echado, pero que, al vaivén de las horas, las olas y el intempestivo ataque de varios niños con palita y niñas
kamikaze, aquella imprecisa y majestuosa "corporeidad de arena" fue transfigurándose poco a poco en pulpo, en elefante,
en sirena, en perro, en tanque, en gallina. Esto causó terribles consecuencias: se desató una extraña epidemia a lo largo
de Playa Grande donde varios grupos de gentes también tuvieron el libérrimo gesto de intentar poner en pie pequeños castillos,
casas, ranchos, cuerpos desnudos, mutantes cibernéticos hechos de arena. Esta performance tuvo una duración exacta de dos
días y tres segundos. Si se fija bien, podrá ver congelado en la foto uno de esos tres segundos en que los accionistas de
la Corporación LALLAVEESTAABAJOSEÑORACRISTINA eran entrevistados por Narvis Bracamonte el día 31 de diciembre, ya casi finalizada
la experiencia. Solo dijeron: "Sin duda, en el mar la vida es más sabrosa".
Esto fue lo que nos escribió la Señora Cristina contándonos de su experiencia:
Quizás sea la arena la mejor figura para describir esta dimensión que se nos revela: un monstruo de arena, un gran pulpo
con un dos tres cuatro cinco miembros, uno dos tres cuatro cinco seis siete ocho nueve diez once miembros que se mueven –milagrosamente
se mueven-, uno dos tres cuatro cinco seis siete ocho nueve mil camaradas viéndonos de cerca, cómplices en el juego del "que
veo que veo", el juego de "la güarandinga". Como nosotros, todo ríe. Presentimos una "corporeidad"
a la que pertenecemos y es marrón y es seca y es mojada y pertenece a la verde mar, es nuestra. Hay que meter bien adentro
las manos en la arena para hacer crecer más y más el volumen del monstruo, su altura majestuosa. Y hay que echarle agua de
mar y darle suaves abrazos y palmadas para que no se derrumbe. Hay que tratarle, al parecer, con cariño. Parece, parece, parece,
se parece a un gato pero mira que tiene cara de perro triste pero tiene orejas de elefante pero tiene dedos gigantes y parece
una caricatura. Parece, parece, parece, parece un león un tigre un rinoceronte un elefante un pulpo una gallina, que tierno.
"¿Qué te provoca, que te dan ganas de hacer cuando lo ves?" le pregunto a un niño bien bonito que a cada rato se
acerca a observar y a murmurar cosas por debajo de su risa. "Me gustaría saltarle encima" me dice con cara de hacer
rubieras. "Me gustaría derrumbarlo de arriba abajo, de abajo arriba". Me doy cuenta en seguida que él es el niño
cagón, la carta encontrada del tarot egipcio, el número secreto. Una güarandinga es una güarandinga.
© Corporación LALLAVEESTABAJOSEÑORACRISTINA. 2006.
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